Tengo 30 años y se está llendo vecinos que son parte de mi historia, de mis orígenes y de mi niñez. Hoy hace pocas horas se fue una vecina-tia, pasé mucho tiempo de mi niñez y adolescencia en su casa, junto a su nieta, quien fue mi mejor amiga, hasta antes de entrar a la Universidad.
Mujer, cuya mayor característca era su risa a flor de labio, sus chuchás con gracia y autoridad, una buena mujer, le agradezco haberme acojido en su casa, haberme tenido en su mesa tantas y tantas veces, le agradezco todo, es parte de mi historia de mi vida y eso nunca se olvida, el inicio de nuestras vidas son nuestros cimientos y todo aquel que forme parte de esos cimentos estará tatuado en lo más íntimo de uno por siempre.
Afuera de la casa, su nieta me saludó, la abracé y lloró su muerte en ms brazos y yo también me desahogué, esa historia en común no está sólo en nuestras mentes sino en la memoria de nuestros corazones, ese abrazo y ese llanto mutuo delatan tantos y tantos momentos que vvimos juntas al alero y el consentimiento de su abulea, mi vecina-ta.
Buen viaje señora Silveria, que Dios la acoja en el seno de su ser y la bendiga por siempre.